Vehículos Híbridos
Los vehículos híbridos constituyen el mayor esfuerzo tecnológico para reducir tanto las emisiones de gases contaminantes, como el consumo de energía no renovable. Es decir, reducir el consumo de combustible fósil (gasolina, gasoil), en el cual se basa el motor de combustión de los vehículos actuales.
El motor eléctrico es quizá la primera idea que llega a nuestra mente al pensar en un reemplazo para el motor de combustión… ¿Pero quién impulsa al motor eléctrico?, Posibles respuestas a esta pregunta son: a)- Baterías; b)- Celdas solares; c)- Un motor de combustión… La última respuesta parece una contradicción, porque justamente estamos tratando de eliminar el motor de combustión, por ser poco eficiente y contaminante. Sin embargo, siempre y cuando se aumente la eficiencia del sistema y se reduzca la contaminación y el consumo de combustible, la respuesta –c- no es descartable. Y, en efecto, la mayoría de los vehículos híbridos que cruzan hoy día las ciudades y carreteras del mundo se basan en la combinación de motores eléctricos y de combustión: precisamente de allí les viene el nombre, son un híbrido o cruce de dos tipos de motores. Para lograr que el sistema combinado de motores sea más eficiente (consuma menos combustible) se recurre a varias estrategias ingeniosas. Una de ellas es la recuperación de la energía que se pierde durante el frenado: los frenos de discos o de zapatas generan gran cantidad de calor porque se basan en fricción; ese calor se pierde. El freno regenerativo utiliza una vieja idea (aplicada en los trenes eléctricos) para convertir la energía cinética del movimiento del vehículo en electricidad, en vez de disiparla en calor. La mejor manera de aprovechar luego esa electricidad es almacenarla en baterías. De modo que estamos hablando de vehículos que incluyen tanto el motor eléctrico, el de combustión y las baterías. Lo que se ha logrado con estos híbridos es mejorar notablemente la eficiencia del sistema, ello debido por una parte a los frenos regenerativos y por la otra a que el motor de combustión para los híbridos se diseña para potencias más bajas, ya que los picos de potencia (cuando se necesita) lo suministra el motor eléctrico con la energía almacenada en las baterías. En la ciudad podemos usar más el motor eléctrico y en la carretera (cuando se requiere más potencia) el motor de combustión. Así reducimos la emisión de gases y la contaminación sónica precisamente donde es más importante reducirla: en las zonas densamente pobladas.
Si prescindimos completamente del motor de combustión y nos quedamos sólo con las baterías recargables y el motor eléctrico (la solución –a-), nos encontramos con los vehículos “enchufables”: ruedan mientras haya carga en la batería. Antes de que se agote esa carga debemos llegar a un puesto de recarga y enchufar el auto a la red eléctrica. Si comparamos las soluciones –a- y –c- vemos que la ventaja de la primera es la total “limpieza” y silencio de estos vehículos y su desventaja la falta de autonomía. La solución –c- no es totalmente limpia y silenciosa pero nos garantiza la autonomía de conducción. En Europa se están usando como vehículos de alquiler: el usuario toma el vehículo en algún puesto de recarga, realiza sus diligencias y lo entrega en algún otro puesto de recarga.
¿Qué podemos decir de la solución –b-? (el uso de celdas solares para cargar las baterías que impulsaran nuestro auto). Hasta ahora, la poca potencia que se logra generar con paneles solares sólo mueve prototipos y anima las competencias de carros solares que están tomando auge y que serán sin duda catalizadores en este desafío tecnológico de fabricar el carro del futuro, el medio sostenible de locomoción y transporte.
Aun falta mucho por hacer. La solución con baterías no está libre de problemas: ellas también contaminan, hacen al vehículo más pesado, requieren materiales escasos y costosos para su fabricación. Sin embargo el consenso por cambiar los vehículos actuales por otros más amigables al ambiente ya es un hecho. Requerimos con urgencia alternativas energéticas sostenibles para la locomoción. Afortunadamente hay un gran apoyo por parte de la industria, de la comunidad científica y de los gobiernos. Muchos gobiernos están dando incentivos a los usuarios para que adquieran los vehículos híbridos: exoneración de impuestos, subsidios para la compra del auto, etc. Y es que no sólo está el problema de la contaminación, es que el combustible fósil se agota y será cada vez más costoso.
Rene Dorta
Colaborador
Los vehículos híbridos constituyen el mayor esfuerzo tecnológico para reducir tanto las emisiones de gases contaminantes, como el consumo de energía no renovable. Es decir, reducir el consumo de combustible fósil (gasolina, gasoil), en el cual se basa el motor de combustión de los vehículos actuales.
El motor eléctrico es quizá la primera idea que llega a nuestra mente al pensar en un reemplazo para el motor de combustión… ¿Pero quién impulsa al motor eléctrico?, Posibles respuestas a esta pregunta son: a)- Baterías; b)- Celdas solares; c)- Un motor de combustión… La última respuesta parece una contradicción, porque justamente estamos tratando de eliminar el motor de combustión, por ser poco eficiente y contaminante. Sin embargo, siempre y cuando se aumente la eficiencia del sistema y se reduzca la contaminación y el consumo de combustible, la respuesta –c- no es descartable. Y, en efecto, la mayoría de los vehículos híbridos que cruzan hoy día las ciudades y carreteras del mundo se basan en la combinación de motores eléctricos y de combustión: precisamente de allí les viene el nombre, son un híbrido o cruce de dos tipos de motores. Para lograr que el sistema combinado de motores sea más eficiente (consuma menos combustible) se recurre a varias estrategias ingeniosas. Una de ellas es la recuperación de la energía que se pierde durante el frenado: los frenos de discos o de zapatas generan gran cantidad de calor porque se basan en fricción; ese calor se pierde. El freno regenerativo utiliza una vieja idea (aplicada en los trenes eléctricos) para convertir la energía cinética del movimiento del vehículo en electricidad, en vez de disiparla en calor. La mejor manera de aprovechar luego esa electricidad es almacenarla en baterías. De modo que estamos hablando de vehículos que incluyen tanto el motor eléctrico, el de combustión y las baterías. Lo que se ha logrado con estos híbridos es mejorar notablemente la eficiencia del sistema, ello debido por una parte a los frenos regenerativos y por la otra a que el motor de combustión para los híbridos se diseña para potencias más bajas, ya que los picos de potencia (cuando se necesita) lo suministra el motor eléctrico con la energía almacenada en las baterías. En la ciudad podemos usar más el motor eléctrico y en la carretera (cuando se requiere más potencia) el motor de combustión. Así reducimos la emisión de gases y la contaminación sónica precisamente donde es más importante reducirla: en las zonas densamente pobladas.
Si prescindimos completamente del motor de combustión y nos quedamos sólo con las baterías recargables y el motor eléctrico (la solución –a-), nos encontramos con los vehículos “enchufables”: ruedan mientras haya carga en la batería. Antes de que se agote esa carga debemos llegar a un puesto de recarga y enchufar el auto a la red eléctrica. Si comparamos las soluciones –a- y –c- vemos que la ventaja de la primera es la total “limpieza” y silencio de estos vehículos y su desventaja la falta de autonomía. La solución –c- no es totalmente limpia y silenciosa pero nos garantiza la autonomía de conducción. En Europa se están usando como vehículos de alquiler: el usuario toma el vehículo en algún puesto de recarga, realiza sus diligencias y lo entrega en algún otro puesto de recarga.
¿Qué podemos decir de la solución –b-? (el uso de celdas solares para cargar las baterías que impulsaran nuestro auto). Hasta ahora, la poca potencia que se logra generar con paneles solares sólo mueve prototipos y anima las competencias de carros solares que están tomando auge y que serán sin duda catalizadores en este desafío tecnológico de fabricar el carro del futuro, el medio sostenible de locomoción y transporte.
Aun falta mucho por hacer. La solución con baterías no está libre de problemas: ellas también contaminan, hacen al vehículo más pesado, requieren materiales escasos y costosos para su fabricación. Sin embargo el consenso por cambiar los vehículos actuales por otros más amigables al ambiente ya es un hecho. Requerimos con urgencia alternativas energéticas sostenibles para la locomoción. Afortunadamente hay un gran apoyo por parte de la industria, de la comunidad científica y de los gobiernos. Muchos gobiernos están dando incentivos a los usuarios para que adquieran los vehículos híbridos: exoneración de impuestos, subsidios para la compra del auto, etc. Y es que no sólo está el problema de la contaminación, es que el combustible fósil se agota y será cada vez más costoso.
Rene Dorta
Colaborador
De Verde EN ADELANTE…
Después de muchos esfuerzos aislados, que pasaban casi desapercibidos, la preocupación por el ambiente que nos rodea ha tomado cuerpo, hasta el punto que ya hoy se habla de “adoptar la ecología como forma de vida”.
Este espacio televisivo quiere contribuir en esa nueva etapa donde nos encontramos, quiere ir más allá de las pequeñas acciones de conservación de la naturaleza, para penetrar en el ámbito de la responsabilidad de las empresas y gobiernos; quiere indagar sobre las transformaciones que dejarán huella hacia un nuevo mundo realmente libre de contaminación, con aire respirable, con aguas puras, alimentos libres de pesticidas, con una población consciente de la importancia primordial que tiene la naturaleza, una población que se sienta guardián del planeta, un empresariado que vea más allá de la dimensión económica de las empresas, que vea la dimensión social y aún más: la dimensión ambiental: garantizar las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades
Este programa va más allá de lo simplemente verde. Es una vitrina donde exhibir las mejores iniciativas eco-amigables de las empresas.
Los gobiernos por su parte terminarán por reconocer la fuerza y la razón de la conciencia ambientalista. Más allá de la democracia representativa y participativa, los partidos verdes van hacia una democracia del conocimiento y de la ética. La revolución ecológica pretende superar las revoluciones políticas que han marcado la historia reciente.
Rene Dorta
Colaborador
Después de muchos esfuerzos aislados, que pasaban casi desapercibidos, la preocupación por el ambiente que nos rodea ha tomado cuerpo, hasta el punto que ya hoy se habla de “adoptar la ecología como forma de vida”.
Este espacio televisivo quiere contribuir en esa nueva etapa donde nos encontramos, quiere ir más allá de las pequeñas acciones de conservación de la naturaleza, para penetrar en el ámbito de la responsabilidad de las empresas y gobiernos; quiere indagar sobre las transformaciones que dejarán huella hacia un nuevo mundo realmente libre de contaminación, con aire respirable, con aguas puras, alimentos libres de pesticidas, con una población consciente de la importancia primordial que tiene la naturaleza, una población que se sienta guardián del planeta, un empresariado que vea más allá de la dimensión económica de las empresas, que vea la dimensión social y aún más: la dimensión ambiental: garantizar las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades
Este programa va más allá de lo simplemente verde. Es una vitrina donde exhibir las mejores iniciativas eco-amigables de las empresas.
Los gobiernos por su parte terminarán por reconocer la fuerza y la razón de la conciencia ambientalista. Más allá de la democracia representativa y participativa, los partidos verdes van hacia una democracia del conocimiento y de la ética. La revolución ecológica pretende superar las revoluciones políticas que han marcado la historia reciente.
Rene Dorta
Colaborador